Autora: Margareth García Acevedo.

El derecho a la alimentación está incorporado en tratados internacionales como un derecho humano, a lo que Chile adhiere, y está presente en la constitución de 16 países de América Latina y el Caribe, en los que no está incluido Chile, este derecho está dirigido a garantizar la soberanía y seguridad alimentaria y nutricional, con equidad de género y que sea sustentable (UCHILE Constituyente, 2021).

Actualmente en el país, se está elaborando una nueva constitución, por lo que es una gran oportunidad para que el derecho a la alimentación sea incorporado y así el Estado tenga un rol explícito en esta materia.

Según datos de la OCDE (2019), Chile lidera el ranking con un 74,2% de personas mayores de 15 años con sobrepeso y obesidad, lo que muestra la importancia de avanzar hacia los objetivos de desarrollo sostenible, en materias de salud y bienestar, educación de calidad, equidad de género, hambre cero, entre otros.

Por otro lado, la cultura de las dietas (factor relevante y precipitante de trastornos alimentarios), los estereotipos de género, el estigma asociado a los cuerpos grandes, la falta de educación en regulación de emociones, las atenciones de salud orientada al índice de masa corporal y al tamaño de los cuerpos, pueden favorecer una relación perjudicial con la alimentación, pudiendo desencadenar un trastorno alimentario, los cuales son enfermedades de salud mental, y afectan principalmente, aunque no exclusivamente a adolescentes y mujeres jóvenes, lo que interfiere en su desarrollo saludable, con graves consecuencias para su futuro, (Verónica Gaete P., 2020), esto posiblemente asociado al estándar de belleza físico que deben cumplir.

La adolescencia es una etapa de la vida donde se producen importantes cambios y desarrollo, que presenta grandes oportunidades para construir y consolidar formas de vida saludable que incrementan la salud y el bienestar (Orientación Técnica Servicios de Salud Integrales, Amigables y de Calidad para Adolescentes, 2018).

Al conversar con Antares Arias Urbina 21 años, Representante Consejo Consultivo Paine, refiere “El Derecho a la alimentación es fundamental, es poco hablado y es un tema que debería tener mayor relevancia, enseñándose desde la infancia, y que incorpore una relación sana con la comida; la salud mental y la alimentación van de la mano, el ser mujer y los estándares de belleza que se deben cumplir”, diciembre 2021.

Por todo lo mencionado anteriormente, surgen algunas interrogantes ¿será necesario avanzar en políticas públicas que relacionen de manera más integral el derecho a la alimentación y la salud mental de los y las adolescentes?, ¿si las personas jóvenes fortalecen una relación sana con la comida, podrán incorporar más fácilmente una alimentación más sustentable que promueva el cuidado del medio ambiente?, ¿será posible fortalecer en las prestaciones de salud en la adolescencia, la evaluación de los determinantes de la salud y no sobrevalorar el IMC?, ¿se podrían obtener resultados diferentes, si para la creación de políticas públicas en torno a esta temática se incorporara de manera permanente y en todo el proceso la visión de los y las adolescentes?.

Son interrogantes que abren un espacio de análisis y reflexión, por lo que si bien es esencial garantizar en la constitución el derecho a la alimentación, es imprescindible avanzar en la elaboración de políticas públicas que integren el DA y la salud mental de los y las adolescentes, ya que para hablar de bienestar no basta con tener un IMC normal e indicadores bioquímicos en rango normal, sino que también se debe incorporar la salud mental de las personas.

Referencias

(2018). Orientación Técnica Servicios de Salud Integrales, Amigables y de Calidad para Adolescentes. Chile: Minsal.

UCHILE Constituyente, G. V. (2021). Propuesta Constitucional sobre el Derecho a la Alimentación. 2.

Verónica Gaete P., C. L. (2020). Trastorno de la conducta alimentaria en adolescentes, una mirada integral. Revista Chilena de Pediatría, 784-793.